Autor: Eduardo Ortuño Pampin.

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Descripción del lugar

Situado en la misma entrada de Torremolinos y junto a una gasolinera, que surgió a la par a finales de los años 50, se eleva una edificación de cinco pisos víctima del abandono, nada que ver con los prósperos años que llegaría a ver en sus primeros días de apertura.

 

Alamos retoque
Fig. 1. Fachada trasera del hotel Los Álamos, en avanzado estado de deterioro. Fotografía Eduardo Ortuño.

El hotel cuenta con 122 habitaciones, pista de baile, salón principal, piscina, zona de jardines, parking privado, etc. y todo esto ahora está a merced de los vándalos que han saqueado en diferentes ocasiones el inmueble tras su cierre en el año 2015.

 

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Fig. 2. Innumerables objetos pertenecientes a las habitaciones, en el patio del hotel. Fotografía Eduardo Ortuño.

Historia del lugar

Comenzaremos hablando de los primeros propietarios de este lugar, según el testimonio de un vecino de la localidad de los Álamos, José Vallejo, perteneció a Mercedes Sanz Bachiller.

 

“El hotel se hizo a finales de los 50, como esta gasolinera. Eran los dos de Mercedes Sanz Bachiller, la viuda de Onésimo Redondo, fundador de la Falange, que luego se casó con un diplomático. Esta era la única gasolinera hasta Fuengirola durante muchos años. Aquí, a la gasolinera, se trajo a Frutos -fundador del famoso restaurante a escasos metros- para que se hiciera cargo del bar de la gasolinera. Era un camarero en la Puerta del Sol de Madrid”

 Fig. 3. Extracto de la noticia publicada en el diario El Mundo el 13/04/2016.

Pasaron los años con el edificio en funcionamiento hasta que las grandes empresas hoteleras se hicieron con él, siendo este el momento donde comenzó su declive.

El alquiler del hotel pertenecía a Summa Hoteles que entró en concurso de acreedores, pero la Seguridad Social no podía actuar hasta que se resolviera el proceso judicial, ordenó tapiar las entradas, ya que la titularidad del edificio por parte de la Seguridad Social proviene de sus antiguas competencias en materia de asistencia.

Tras el abandono y el precinto del mismo, poco tardaron los »okupas» en hacerse con él, violentar los precintos y saquear el edificio, llegando al punto de sacar todos los cables de cobre de las paredes. En dos ocasiones tras el abandono el hotel ha sufrido dos incendios sin víctimas mortales.

 

Mercedes Sanz-Bachiller

A continuación la historia de la propietaria del edificio, sacada de un artículo del periódico ABC del 13/10/2007.

Mercedes Sanz Bachiller (1911-2007) fue una gran mujer creó y desarrolló el Auxilio de Invierno. Empezó sin medios, pero en sólo un año su obra contaba con más de setecientos comedores. En 1939, los comedores eran 2.487 y 3.000 los centros de asistencia. Sólo por ello merece, por derecho propio, un lugar en nuestra memoria histórica, en la zona menos sombría.

Para unos, el Auxilio de Invierno, posteriormente llamado Auxilio Social, fue una simple copia del Winterhilfe nacionalsocialista y, en consecuencia, un instrumento de ayuda indigno de confianza. Siendo Mercedes Sanz-Bachiller la viuda de Onésimo Redondo, uno de los líderes del fascismo español, su obra, como el Winterhilfe alemán, habría sido una organización al servicio de la imagen del Estado franquista, un instrumento social hipócrita, un mero pretexto para la demagogia.

Fig. 4. Fotografía de uno de los tantos centros de Auxilio de Invierno.

El historiador no está ante una mera copia del Winterhilfe nacionalsocialista. Tempranamente huérfana, viuda y madre a los veinticinco años, Mercedes Sanz-Bachiller tenía motivos personales para socorrer a las víctimas de la retaguardia de su propio bando, y también motivaciones intelectuales específicas, propias del sueño integrador del falangismo original, un sueño altamente discutible pero, marcadamente operativo en su caso.

Su Auxilio de Invierno nació en Valladolid, donde esas víctimas eran, como es sabido, muy numerosas, y fiel a ese sueño integrador, rechazó de plano el sentido de venganza que muchos de su clase y condición daban al Alzamiento.

Fig. 5. Mercedes Sanz Bachiller, a los 25 años y ya viuda, en su despacho de la sede de Auxilio Social. Valladolid, 1936. Fotografía: Garay.

Recordando aquellos tiempos, ella misma ha dejado clara cuál era su actitud: “Para mí un niño era un niño español y se terminó, y una mujer era una mujer española y nada más, ni rojos ni bandidos ni nada.”

De hecho, Mercedes Sanz-Bachiller se vio obligada a arrostrar toda clase de críticas en el seno de su propio bando. Para algunos, era absurdo que se empeñase en mitigar el sufrimiento de los derrotados, que merecían su castigo; para otros, era lamentable que no exigiera actos de contrición antes de alimentar y vestir a quienes llamaban a las puertas del Auxilio de Invierno.

Eclesiásticos hubo que censuraron su obra por el curioso procedimiento de imaginarla contradictoria con las exigencias de la caridad, entendida como una virtud privada, en lo que cualquiera puede ver una resistencia a compartir el campo de la beneficencia con una organización laica. Se propaló incluso la sospecha de que sólo ambicionaba acrecentar su prestigio y su poder.

Dada su rivalidad con Pilar Primo de Rivera y dado que se casó en segundas nupcias con su colaborador Javier Martínez de Bedoya, muy crítico con José Antonio Primo de Rivera a la altura de 1935, Mercedes Sanz-Bachiller llegaría a ver su nombre oscurecido en los anales de Falange Española de las JONS, que se alzaría con la paternidad del Auxilio de Invierno, matriz del Auxilio Social. No fue el suyo un camino de rosas.

Ahora el hotel pertenece a la Seguridad Social esperando su destino, o bien para ser demolido o rehabilitarlo y generar viviendas de alquiler social para ayudar a familias necesitadas. Que caprichoso es el destino de cumplirse esta última función.

Conclusiones

Hotel con muchos años de historia, abandonado de buenas a primeras, donde incluso todavía se pueden ver algunas de las quejas de los últimos inquilinos del mismo en la página web de hoteles »Tripadvisor».

Las miles de historias que habrán ocurrido ahí dentro, amores, negocios, drogas, infidelidades, o simplemente pasar un rato con tu familia en un céntrico hotel a 10 minutos de la playa, son incontables, y esos sentimientos humanos quedan impregnados en las paredes de un edificio que ha visto tiempos mejores.

Referencias

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