Autores: Paco Vara, Mari Carmen López Palomo, Eduardo Ortuño Pampin.

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Descripción del lugar

En la carretera que nos lleva a Palomares del Río podemos encontrar, casi escondido, un carril de tierra que se desvía dirección Gelves (Sevilla). Es en este carril, apartada de toda mirada curiosa, donde se alza la, todavía imponente, Hacienda de la Rihuela.

La Rihuela
Fig. 1. Camino de entrada a la Hacienda de la Rihuela. Fotografía Eduardo Ortuño.

Historia del lugar

Arqueología del terreno

Para iniciarnos en la historia de la casa, nos tenemos que establecer en su municipio, Palomares del Río. Este se remonta a un poblado romano, resultado de la conquista y romanización del territorio, lo cual se basó en la imposición política de ciudad-estado sobre bases individualistas que supuso un cambio en la ordenación del territorio. Se impulsará la aparición de centros de explotaciones agrícolas familiares, conocidas como “villae”.

Con el paso del tiempo, algunas de estas “villae” se enriquecen más que otras, lo que genera la desaparición de las pequeñas explotaciones familiares y el aumento del desarrollo de las grandes propiedades. Algunas de estas grandes explotaciones agrícolas fueron los Carromolos (III D.C.), la Regüela (III D.C.) y alguna otra más de la zona. Estos terrenos se incluyen en el conjunto arqueológico de la Regüela, siendo el que dará nombre a la hacienda en años venideros.

Otro de los asentamientos que se describen sobre esta zona, es de la época musulmana. Ya que muchos de los enclaves que en tiempos romanos fueron centros de explotación agrícolas, se convirtieron en grandes alquerías. Estas zonas dieron lugar a núcleos de población permanentes y aldeas responsables a la vez de pueblos actuales (la Puebla del Río, Coria, Gelves, Palomares del Río, etc.).

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Fig. 2. Vista aérea de la zona arqueológica la Regüela, donde se asienta la hacienda. Google Maps.

Estas tierras quedan en manos de los musulmanes, hasta que en el siglo XIII, se produce de la mano de Fernando III el comienzo de la conquista castellana. Fernando III consigue conquistar el Aljarafe y aquí es cuando se comienza a establecer el repartimiento de los señoríos sevillanos.

Con el paso del tiempo, estas tierras pasarán por diferentes manos, hasta llegar a las que a nosotros nos interesa en este momento, a las manos de la madre de Don Narciso Ciaurriz Velázquez.

El edificio

La Rihuela es una casa que cuenta con dos plantas, y en la que se destaca el porche en la entrada de la casa, así como su patio interior. Es en este último donde se encuentra un banco de piedra junto a al pórtico. Se puede observar a simple vista que fue una gran casa de recreo para toda la familia.

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Fig. 3. Izquierda. Entrada al pozo romano. Derecha. Fuente a la que abastece. Fotografías Eduardo Ortuño.

A sus afueras, el pozo de origen romano es uno de los elementos de mayor interés cultural, y del que se alimenta de agua la alberca y una fuente, que en tiempos anteriores fue utilizada por los vecinos del lugar para tomar agua (Figura 3).

Historia familiar

La familia Ciaurriz-Rodríguez

Las tierras y la vivienda fueron adquiridas en 1914 por la madre de Narciso Ciaurriz Velázquez, quien pasaría a ser, posteriormente, propietario de la vivienda y de las tierras. Don Narciso era un hombre de un importante poder económico de Sevilla, casado con María del Carmen Rodríguez de la Borbolla. Tuvieron varios hijos, de los cuales destacamos a Carmen Ciaurriz Rodríguez, pero no fue esta la primera de las hijas del matrimonio. Esa seria Amelia Ciaurriz Rodríguez.

Fig. 4. Extracto del periódico ABC de Sevilla nº 20.826 del domingo 7 de Junio de 1970, pg. 88.

Carmen nace en 1893, fue bautizada en el sagrario de la Catedral de Sevilla. Hija de una familia adinerada, con residencia en el palacete de Simón Verde. Siendo la Rihuela la casa de recreo de la familia.

Años más tarde, tras la muerte de Narciso y María del Carmen, Carmen recibe en herencia las posesiones familiares junto con sus hermanos. Es en ese momento cuando venden la residencia familiar principal, y ella pasa a habitar la Hacienda de la Rihuela de forma permanente, contando ella con una avanzada edad. La muerte le llegaría en 1987 a la edad de 93 años, por causas naturales.

Tras la muerte de Carmen, la casa se alquila durante cuatro años. Ya en 1991 se abandona hasta el día de hoy.

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Fig. 5. Estado actual de abandono de uno de los elementos más llamativos de la hacienda la Rihuela. Fotografía Eduardo Ortuño.

En los meses que la familia Ciaurriz no estaba presente en la casa, el cuidado de la finca se delegaba en Manuel. Un capataz que mantuvo el cargo durante 41 años, viviendo este en la zona habilitada para él y los suyos en la parte trasera de la hacienda.

Los cinco de la Rihuela

Uno de los acontecimientos históricos más importante de este lugar se produce durante la época de la guerra civil española (1936-1939). Se trató de un conflicto bélico entre el bando republicano y el bando nacional, siendo el general Francisco Franco el líder de este último.

Nos centramos ahora en este acontecimiento bélico, debido a la gran cantidad de fusilamientos por parte de ambos bandos durante el conflicto a lo largo y ancho de todo el territorio español.  Y la hacienda de la Rihuela no iba a ser la excepción. En los terrenos de esta hacienda fueron fusilados cinco jóvenes el 13 de agosto de 1936, a la base de unos árboles que todavía recuerdan este hecho del pasado.

Los hombres, se encontraban encarcelados y debían de ser trasladados a Sevilla, pero nunca llegaron a la capital. En mitad de camino, en el paraje de la Rihuela, los falangistas decidieron detenerse y fusilarlos sin miramientos, dejando sus cuerpos a pleno sol durante cinco días. Tras este tiempo, fueron echados a una fosa común en Palomares del Río.

El encargado de recoger los cuerpos, con el que Paco Vara, vecino de Sevilla, gran conocedor de la historia de la Hacienda de la Rihuela y descubridor de este hecho, ha podido hablar nos cuenta cómo pudieron haber transcurrido los acontecimientos.

Los cuerpos se encontraban bajo unos árboles en el jardín delantero de la finca. Amontonados unos encima de otros, lo que da a suponer que fueron fusilados de uno en uno, alargando más si cabe la agonía del que espera. Todos excepto uno, el de Manuel Lama, el cual se encontraba separado del grupo y bocabajo.

Los nombres de estos hombres conocidos como “Los cinco de la Rihuela” son:

  • Manuel Lama Suárez, asesinado a los 50 años.
  • Francisco Ponce Martín, asesinado a los 38 años.
  • José Vargas Garrido, asesinado con 31 años.
  • José Blanco Osuna, asesinado con 29 años.
  • Antonio González de la Rosa, asesinado a los 31 años.
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Fig. 6. Lugar de los fusilamientos de “Los cinco de la Rihuela”. Fotografía Eduardo Ortuño.

El asesinato de José Antonio Cordero Garrido

Uno de los sucesos por los que la casa de la Rihuela es muy conocida, es por el asesinato de José Antonio Cordero alias “El Chato” a manos de su amigo Juan Lara. Este hecho se produce el 26 de Julio del año 2010, cuando ambos se encontraban, consumiendo droga en la casa, junto al único testigo del asesinato, una prostituta, Francisca.

Según el informe policial, al que ha tenido acceso el grupo sevillano de investigación paranormal “Tras lo oculto”, estas personas estuvieron tres días consumiendo droga en estas ruinas.

Fig. 7. Fotografía de Juan Lara (izquierda) y José Antonio Cordero Garrido (derecha).

El día de los hechos, José Antonio y Francisca, fueron juntos al coche de Juan, al parecer esta acción le dio celos a Juan. Cuando ambos volvieron de nuevo a la casa, Juan decidió golpear con un martillo a José Antonio, mientras este se ataba los zapatos. El golpe en la cabeza, hizo caer a José Antonio al suelo, y el acusado, Juan, siguió golpeándole hasta que finalmente la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico severo y otras heridas que provocaron su fallecimiento por lesión irreversible de centros nerviosos vitales. Francisca fue testigo de lo sucedido.

Juan Lara fue condenado a unos 12 años de prisión por el asesinato José Antonio Cordero, pero no se le condena sobre las supuestas amenazas que le hizo a Francisca tras lo sucedido.

Referencias

Esta entrada tiene un comentario

  1. Ana Rosa

    Buenas, soy Ana Rosa, la sobrina del capataz Manuel que tantos años vivió en la finca. Pasé allí mi niñez y adolescencia y, en todo ese tiempo, la casa principal estaba vacía, creo recordar una sola vez que vinieron los señores, el resto del tiempo, no había nadie. La sra. Mayor que decís que murió allí, no es cierto que allí estuviera,.
    Mi tío, los últimos años de su vida, ya que murió en la finca, los pasó en la casa principal, ya que la pequeña estaba muy deteriorada. Estaba todo muy abandonado y nunca venían.
    Por cierto, nunca sentí nada paranormal

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