Autora: Mari Carmen López Palomo.
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Descripción del lugar
Junto a la carretera que lleva desde Málaga a Almería, y justo antes de toparnos con la provincia de Granada. Alzándose todavía orgullosa de su poder, podemos encontrarnos con los últimos muros de lo que fue la azucarera de San Joaquín.

Este edificio lo podemos encontrar a dos kilómetros y medio del núcleo urbano de Maro, en el conocido Pago de las Mercedes, Málaga.
La fábrica de Maro (San Joaquín) se encuentra en un solar de forma trapezoidal de unos 35.000mª de superficie, rodeado por un muro de mampostería. Constaba de la fábrica de azúcar y otra de alcohol. Además estaba formada por un gran conjunto de naves industriales, una chimenea con dos espirales de ladrillo entrelazadas, la destilería, una alberca ovalada y varias dependencias fabriles que también disponían de portería, casa para los propietarios que tenía dos plantas, además de contar con sótano y jardín; y la casa de administración. A esto hay que sumar diez viviendas más, siendo ocho para colonos y una para el administrador y otra para el mecánico, en torno a una gran plaza de cañas.
La fábrica tiene dos puertas de acceso: La peatonal que se encontraba por el lado sur de la fábrica y que daba acceso a la entrada principal de la fábrica de azúcar y a la vivienda familiar de los Pérez del Pulgar. La otra puerta se encontraba en la zona suroriental y era por la que entraban los acarretos cargados de caña y por donde salían los productos fabricados.
Estuvo dotada de moderna maquinaria a vapor de fabricación francesa e inglesa, que fue comprada por catálogo e instalada en las naves que fueron construidas a medida de la maquinaria.

El edificio principal está formado por cuatro naves de dos alturas que formaban una planta en H: Eran dos naves centrales de planta rectangular de unas dimensiones de 20,5 x 10m adosadas por el lado más largo y dos laterales de planta rectangular alargadas de unas dimensiones de 36 x 10m., perpendiculares a las centrales. A este conjunto se añaden dos naves, una cada lado. Una de ellas es de pequeñas dimensiones y adosada de manera perpendicular a unos de los extremos de la H y la otra, de mayores dimensiones, de manera paralela al otro extremo de la H.
El estanque oval se encuentra al suroeste del edificio de la fábrica, y este era el que distribuía el agua necesaria del riego, para el cultivo de la caña de azúcar. La construcción y el uso de este estanque no hubiesen sido posibles, sin el acueducto de Águilas, el cual surtía el agua.
En la parte trasera de la fábrica de Maro, se encuentra la que era la gran portada adintelada que daba acceso a la plaza de cañas, donde las carretas descargan el producto recién cosechado. Los almacenes se encontraban situados paralelos a la carretera, de los cuales todavía se conservan algunos restos.
Historia del azúcar en la península
La caña de azúcar era originaria de Nueva Guinea, e inicia su expansión desde muy temprano, durante la prehistoria ya la tenemos en India y China, también nos la encontramos citada por los soldados de Alejandro Magno y posteriormente por Estrabón en el siglo I a.C. Los árabes continúan con su difusión desde el siglo VII, y es en el año 961 cuando se documenta el cultivo de este en la Península Ibérica.
Durante la Edad Media es cuando llega al litoral levantino, pero se mantendrá poco tiempo, permaneciendo solo en Málaga y Granada gracias a que las condiciones climáticas y geomorfológicas eran apropiadas para el cultivo, subsanando el inconveniente de la inexistencia de lluvias con la irrigación. Desde la Península se extiende el cultivo a las islas Canarias y a Madeira.
En 1494, en su segundo viaje a las Américas, Cristóbal Colón decide llevarse consigo y se da cuenta que el clima sudamericano era mucho mejor que el peninsular para la plantación de la caña de azúcar, por lo que se decide llevar más plantación hacia allí. La mayor productividad de la caña americana produjo un problema para el azúcar peninsular, ya que este resultaba más caro, pero pese a esto, la producción de azúcar se mantuvo en la Península y durante la Edad Media su producción se mantuvo en trapiches de tracción sangre o ingenios hidráulicos, que funcionaban como factorías de carácter casi artesanal y con muy escaso rendimiento. En 1844 se mantenían en funcionamiento solo seis trapiches.
Los mecanismos de molienda experimentaron mejoras y evolucionaron, dando una mayor eficiencia. El paso de la producción preindustrial a la industrial llegó a manos de Ramón de la Sagra, quien debido a sus viajes a Cuba, París y Bélgica, se hace conocedor de los adelantos técnicos e industriales de estos países, y en 1844 impulsa la creación de la Sociedad Azucarera “El Porvenir”.
Tras ver y estudiar la zona costera de Málaga y Granada, decide en 1846 establecer la primera fábrica tecnológicamente avanzada en Torre del Mar (Málaga). Tras diversas adversidades, se produce un fracaso económico de la empresa y en 1847 esta se vende a Juan Nepomuceno Enríquez, quién la vende después a Larios Hermanos y Cía., quienes la convierten en la fábrica azucarera más próspera de Andalucía.
Pese al fracaso económico que sufrió Ramón de la Sagra, no podemos olvidar su importancia en este mundo azucarero, ya que es quien introduce los avanzados procedimientos industriales basados en el uso de la máquina de vapor y la cocción al vacío, al igual de las aportaciones y adelantos que hicieron posible el salto de los anticuados trapiches preindustriales a los modernos ingenios industriales que sustentaron una industria próspera durante medio siglo. Los años setenta del siglo XIX se consideran los de mayor prosperidad y expansión. En estos años eran dos las variedades de caña más utilizadas: la doradilla y la americana, aunque se estaba comenzando a extender una variedad más productiva, la violácea.
Pese a los intereses de conservar esta industria azucarera en la Península, a finales del siglo XIX se produce unas importantes heladas, esto unido a la competencia cada vez mayor del azúcar de remolacha, produjo una caída del crecimiento de las empresas azucareras, y los ingenios menos rentables comenzaron a cerrar. En la segunda década del siglo XX, el sector del azúcar se estabiliza, pero no será por mucho tiempo, ya que se produce un lento declive del sector que concluirá con el cierre de la última fábrica malagueña en 1994, y la última granadina en 2007.
Historia del lugar
El edificio
En Nerja y en Maro, funcionaron cuatro ingenios preindustriales, cuatro fábricas de azúcar y dos fábricas de miel. De estas diez instalaciones, se conservan restos de nueve de ellas, estando entre ellas la fábrica de azúcar de San Joaquín.
Fundada en 1879 y terminada de construir en 1880 fue nombrada como Azucarera-Alcoholera de San Joaquín y siendo dueño de esta Joaquín Pérez del Pulgar y Ruiz de Molina. Gran propietario en Maro en la segunda mitad del siglo XIX. Impulsó la renovación de la agricultura y la industria en la localidad. Para ello, creó una colonia agrícola, así declarada por resoluciones gubernativas de 1879 y 1881, basada en la plantación de caña de azúcar y asegurando el regadío con el acueducto del Águila.
La colonia se dividió en dos partes: La oriental o de Maro y la occidental o de Las Mercedes, separadas ambas por el barranco de Maro. La fábrica se establece en el denominado pago de las Mercedes de Maro, para producir azúcar y alcohol de caña. Siendo declarada ese mismo año colonia agrícola junto con las tierras y casas del pago en que se encontraba.
El pago de “las Mercedes” (nombre dado por Joaquín en recuerdo de su difunta esposa) formaba un distrito agrario de más de un millón de metros cuadrados situados entre los barrancos del Badén y de Maro, el antiguo camino de Vélez a Almuñécar y el mar. Estas tierras habían sido adquiridas por los Pérez del Pulgar a finales de la década de 1850 y puestas de regadío gracias a la construcción del acueducto del Águila el cual surtirá de agua a la fábrica.


Fig. 3. Izquierda. Acueducto del Águila antes de su rehabilitación. Derecha. Acueducto del Águila tras la rehabilitación de 2010.
Fig. 3. Arriba. Acueducto del Águila antes de su rehabilitación. Abajo. Acueducto del Águila tras la rehabilitación de 2010.
En el complejo de la fábrica, en el pago de “Las Mercedes”, había un espléndido paisaje agroindustrial surcado de acequias y canalizaciones, con las conocidas casas de Tetuán que eran doce casas más para colonos; las casas de San Emilio, y una casa de recreo para los propietarios conocida como “El Pabellón”. También tenía adscritos unos 100.000 metros cuadrados de tierras de regadío en distintos pagos de Nerja, viviendas en su núcleo urbano y una antigua fundición de plomo situada en la playa de Burriana.
En los primeros meses de 1880 la fábrica queda por terminada y el 1 de Abril de este mismo año, realizó su primera molienda, produciendo a partir de este momento una molienda diaria de 2000 arrobas de caña.
El 13 de octubre de 1883 fallece Joaquín Pérez del Pulgar, y la fábrica queda en manos de sus cuatro hijos quienes la mantuvieron hasta 1894. A partir de este año, la fábrica es adquirida por el Banco Hipotecario de España, ya que los herederos no pudieron hacer frente al pago de un préstamo hipotecario de dicha entidad bancaria recibido por su padre unos meses antes de morir.
En 1902, el banco vendió la fábrica junto con el resto de la colonia a Rafael de Chaves y Manso, marqués de Tous y de la Cueva del Rey y conde de Casa Chaves, esposo de María del Carmen Pérez del Pulgar y Blake, hija y heredera de Joaquín Pérez del Pulgar.
En 1903 fallece Rafael de Chaves, pasando tanto la Colonia Agrícola las Mercedes y Maro y, por tanto, la fábrica San Joaquín, a manos de su esposa e hijos. A partir de este momento, sería sobre todo su segundo hijo, Joaquín Chaves Pérez del Pulgar, quien se hace propietario de la mayoría de las propiedades y forma con el comerciante francés Luis Rigal Brun, una sociedad anónima denominada “Azucarera Alcoholera de San Joaquín”. Pero en 1930 el Banco Hipotecario de España, se convierte de nuevo en propietario de la colonia, y este decide ese mismo año en vender todas estas propiedades a la Sociedad Azucarera Larios.
Hecho a destacar
En 1904, y según un acta notarial, en la fábrica de San Joaquín se produjo el accidente de un trabajador. El obrero don José Moreno Vía, mediante un descuido, se lesionó con el líquido expelido por una defecadora. El obrero fue trasladado a su casa y allí se le facilitó la asistencia facultativa y las medicinas necesarias, que fueron a cargo de la empresa, además de otorgarle más cantidad del sueldo que cobraba. José no logra sobrevivir al accidente y la empresa se hace cargo del entierro y todo lo que esto conllevaba. Además, le otorga a la esposa y sus dos hijos, un dinero para la manutención familiar. Según el acta notarial, en él se describe todo lo dado por la dueña de la fábrica a esta familia, y a cambio, la viuda renuncia a cualquier derecho que la ley pudiese darle tanto a ella como a sus hijos, por el dicho accidente y fallecimiento de su marido.
Posibles muertes
Muchos son los blogs y páginas de internet que barajan la posibilidad de unos fusilamientos en las cercanías de los edificios del ingenio de San Joaquín. Pero no hemos llegado a encontrar referencias sólidas sobre dicho acontecimiento en los tantos artículos estudiados.
Referencias
-Historia del azúcar:
sacvelez.es/wp-content/uploads/2017/03/SOCIEDAD-14-2015_optimize.pdf
–Historia del lugar:
https://www.diariosur.es/axarquia/verdadera-historia-fabrica-20171117205010-nt.html
https://www.iaph.es/patrimonio-inmueble-andalucia/resumen.do?id=i187511
http://www.malaga.es/es/turismo/patrimonio/lis_cd-5544/acueducto-aguila-ingenio-azucarero-joaquin
http://franciscocapillaluque.blogspot.com/2014/12/un-accidente-laboral-de-1904-en-la.html