Autora: Mari Carmen López Palomo.

Índice

Descripción del lugar

El despoblado de Gandul, un pequeño conjunto de casas cerca de la localidad de Alcalá de Guadaíra, en Sevilla. Es una villa cuya historia comienza en el III milenio a.C.

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Fig. 1. Vista aérea del despoblado Gandul. Fotografía Sevilla legendaria.

El despoblado en su apogeo contaba con la Iglesia de San Juan el evangelista, la posada, el molino de aceite, la cárcel, la calle Real, las casas de los trabajadores, el cortijo de los Llanos del Gandul, el palacio de los marqueses de Gandul, el castillo, los molinos, la estación y el cementerio.

La iglesia de San Juan el evangelista

Está formada por una sola nave cubierta con artesonado de madera. En la cabecera hay una capilla mayor que tiene las características propias de la qubba (planta cuadrada, bóveda octogonal sobre trompas y cubierta piramidal de tejas a cuatro aguas) de tradición mudéjar. De la nave principal surge una capilla lateral de planta rectangular, cubierta con falsa bóveda de cañón con lunetos al gusto barroco, que servía como sagrario.

 

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Fig. 2. Iglesia de San Juan el evangelista del despoblado Gandul. Fotografía Eduardo Ortuño.

Al lado de la torre-espadaña hubo una capilla bautismal. Todo este complejo se completa con la sacristía y la casa rectoral. Es muy destacable el importante retablo mayor que preside el presbiterio, y el cual se encuentra compuesto por tres pinturas, atribuidas a Juan de Uceda.

La pintura central representa la escena mística de la comunión de la Virgen en manos de San Juan Evangelista, revestido con casulla a modo de sacerdote, en presencia de los discípulos de Jesús y todo esto presidido por un rompimiento de gloria, desde donde observan la escena las tres personas de la Santísima Trinidad.

En las otras dos pinturas, situados ambos en cada lado de este y de menos proporciones, aparecen la figura de San Miguel y San Fernando. En 1804, tras una renovación de la capilla, se insertan en el retablo dos tablas, en las que se representaba a San Francisco de Asís y el beato Álvaro de Córdoba. Destacar también de la capilla el zócalo que tiene de azulejos sevillanos del siglo XV.

En la puerta de la iglesia (Figura 3) nos encontramos con un enmarcado en cuyo dintel se encuentra escrito en latín

“DOMUS DEI ET PORTA COELI”.

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Fig. 3. Puerta de la iglesia de San Juan el evangelista del despoblado Gandul. Fotografía Eduardo Ortuño.

La Iglesia de Gandul fue en la Edad Media, considerada como una capilla más de la Catedral de Sevilla, lo cual produjo que a principios del siglo XVI los canónigos y arzobispos, pagasen ornamentos y libros litúrgicos para dicha iglesia.

Además de esto y debido a su consideración por la Catedral, los párrocos eran nombrados por el cabildo catedralicio de Sevilla como si fueran capellanes del templo metropolitano, y es por ello por lo que en una de las hojas de la puerta de la Iglesia, se encuentra una cruz patriarcal de madera.

Hasta 1930 la Iglesia tuvo su párroco, siento este último José María Fuentes Calderón. Cuando fallece, se encargaran de dar misa los domingos u otras celebraciones, el párroco de la Iglesia de Santiago de Alcalá, los frailes de la orden tercera capuchina y finalmente, a partir de 1960, la dará el párroco de San Agustín de Alcalá.

Como es normal, una vez deshabitado Gandul, la Iglesia es cerrada y sólo se han realizado celebraciones privadas por parte de los marqueses.

La posada

Es un edificio de planta rectangular que se encuentra al principio de la calle Real. En sus inicios, la posada y el molino de aceite eran dos edificios separados, que fueron construidos en el siglo XVI u XVII, y estuvieron en uso, de esta forma dividida, hasta la segunda mitad del siglo XIX. A partir de aquí, los edificios se integran en uno solo, y se le dará un uso de cuadra, pajar, tinao, gañanía, vivienda de caseros, almazara, patio de labor, guadarnés, sala de máquinas, etc. La posada deja de usarse a finales del siglo XX.

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Fig. 4. Puerta de la posada del despoblado Gandul. Fotografía Eduardo Ortuño.

La cárcel

Se construyó en el siglo XVIII, y en un principio este edificio se utilizaba como la casa consistorial del cabildo municipal. Posteriormente tuvo las funciones de escribanía pública, calabozo, pósito de grano y vivienda para los trabajadores. Es destacable el reloj de sol que se encuentra en su fachada y la tupida reja del calabozo.

Su fachada consta de dos plantas. En la planta baja se encuentra el calabozo, las dependencias del cabildo y el patio, el cual cuenta con un pozo. En la planta superior, se encontraba el depósito (aquí se accede desde el patio).

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Fig. 5. Puerta de la posada del despoblado Gandul. Fotografía Eduardo Ortuño.

La calle real

Era la calle principal de y conocida como “Cuesta de Gandul”.

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Fig. 6. La calle Real que lleva al despoblado Gandul. Fotografía Eduardo Ortuño.

Cortijo Los Llanos de Gandul

Fue construido en 1940, cuando su propietario deciden agrupar las tres casas contiguas que se encontraban en la Calle Real.

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Fig. 7. Cortijo Los llanos de Gandul que sobrevive en la actualidad. Fotografía Eduardo Ortuño.

Palacio de los Marqueses de Gandul

Casa palaciega construida a principios del siglo XVII por los Jáuregui. Se trata de un Palacio de una sola planta, aunque debido a su situación geográfica, da sensación de dos alturas. Es de características protobarrocas, y está compuesto por espacios residenciales privados, zonas de servicio, granero, corrales y jardines.

En la segunda mitad del siglo XVII, el palacio se deja de frecuentar como residencia por parte de los marqueses, debido a la decadencia que comienza a tener la villa. En la segunda mitad del siglo XIX se rehabilita y vuelve a ser utilizada como residencia por sus propietarios. En los años 70 del siglo XX, vuelve a tener una restauración, con la cual se destruye la silueta del primitivo edificio.

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Fig. 8. Palacio de los Marqueses de Gandul. Fotografía Ramirez Segura.

El castillo o la torre

Datada sobre el siglo XIV, está construida por sillares sobre un basamento de origen almohade. La parte baja consta de una gran cámara cuadrada con dos puertas de acceso, una bóveda semiesférica de ladrillo cubriendo la estancia y una escalera que comunica con el siguiente nivel. Este nivel se corresponde a su primitiva función defensiva. También ha sido utilizada como corral, pajar y vivienda.

El siguiente nivel corresponde al siglo XVII, y está realizado en ladrillo, siguiendo el mismo esquema decorativo de arcadas ciegas que el palacio. Su cubierta es un tejado a dos aguas sin vanos abiertos al exterior. Esta zona fue utilizada como palomar. Anexa, se encuentra una estancia de ladrillo, que por sus características, se piensa que fue un frustrado intento de habilitar la torre como residencia por parte de los Jáuregui. Esta estancia sufrió un incendio en 1991, lo que produjo la pérdida de su tejado.

Fig. 9. Castillo del despoblado Gandul. Fotografía web oficial de turismo Alcalá de Guadaira.

Los molinos

Gandul contaba con tres molinos hidráulicos pequeños, que estuvieron en funcionamiento hasta 1960. El molino de Arriba, se utilizaba aprovechando el primer desnivel del arroyo. A finales del siglo XIX sus propietarios decidieron clausurarlo e integrarlo en el jardín del palacio, convirtiéndolo en un mirador neomudéjar.

El molino de Enmedio, se encontraba muy cerca del anterior, y en la canalización que conducía el agua entre ambos molinos, se encontraba el lavadero de la villa.

El molino de Abajo fue el último en estar habitado. A principios del siglo XIX tenía instalada una fábrica de papel de estraza, que con la invasión francesa fue desmantelada. Tras esto continuó como molino de grano hasta los años 70 del siglo XX.

Fig. 10. Antigua estación de Gandul. Fotografía el www.correoweb.es.

La estación

En 1876 la línea ferrocarril Sevilla-Alcalá de Guadaíra pasaba por el Gandul, lo que dio la creación de una pequeña estación, que debido a su escasa rentabilidad, es suprimida en los años 70 del siglo XX.

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Fig. 11. Antigua estación de Gandul. Fotografía web oficial de turismo Alcalá de Guadaira.

El cementerio

Se encuentra en la Calle Real, en concreto frente a la Iglesia y se trata de un recinto por el cual se accede por una única puerta. En un primer momento fue un humilde hospital, donde se encontraba la sede de la hermandad de la Vera-Cruz.

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Fig. 12. Puerta de entrada al hospital de Gandul, posterior cementerio. Fotografía Eduardo Ortuño.

El hospital era una capilla alargada donde se veneraba al crucificado de la Vera-Cruz, una imagen dolorosa de la Virgen y una imagen de San Juan, junto a la capilla había unas dependencias anexas donde se encontraban las camas de los enfermos y un patio con una aljibe.

En 1804 ya no se utiliza el hospital, quedando solo el cementerio, cuyas fosas se excavaban en la tierra y se señalaban con una cruz. En los años 20 del siglo XX se realizan los últimos enterramientos.

Historia del lugar

Debido a los dólmenes y la gran cantidad de restos cerámicos íbero-romanos que se han encontrado a su alrededor, se considera que se trata de un poblamiento ininterrumpido desde la prehistoria, en concreto podría encontrarse desde el periodo calcolítico. Pero esto se establece por los descubrimientos producidos por las excavaciones, ya que la referencia escrita más antigua que se conserva del Gandul es la que aparece en el Repartimiento de Sevilla, con motivo de la conquista castellana de 1248.

Se cree que el origen del asentamiento pudo darse con una pequeña población dentro de la órbita de la cercana ciudad que hubo en la Mesa de Gandul desde finales del III milenio a.C. hasta época tardorromana. Está ciudad pudo llamarse Irippo y tuvo un importante papel en lo relacionado al itinerario de la vía Hispalis-Anticaria, además durante la época imperial, se encuentra rodeada de grandes explotaciones agrarias que estuvieron activas hasta el siglo IV d.C.

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Fig. 13. Antiguos restos de edificios de Gandul. Fotografía Eduardo Ortuño.

Un estudio filológico del topónimo mantiene la idea que el origen del actual despoblado de Gandul puede fecharse sobre el siglo IX, cuando se produciría el asentamiento agrícola andalusí en torno a una fuente conocida como Ayn al-Qandul (la fuente de agua o de la Retama) que podría ser el nombre que tenía el manantial donde nace el arroyo. Fuese así o no su origen, lo que es cierto es que en un momento indeterminado de la Edad Media se da una gran importancia a la pequeña alquería de Gandul.

Ante esto, el camino que iba de Antequera a Sevilla, deja de pasar por la abandonada ciudad de Irippo y se traslada hacia el Gandul. En la época Almohade se construye una torre almenara como parte del sistema defensivo articulado al castillo de Alcalá de Guadaira (en el siglo XVII se le realiza unas importantes reformas).

Tras la conquista de Fernando III el Santo del reino andalusí de Sevilla, Gandul entra en el conjunto de alquerías, heredades y donadíos que se reparten entre los que participan en la conquista. Pasado a manos cristianas, no tenemos conocimiento de lo que ocurrió durante su primer siglo de ocupación cristiana, pero al parecer su repoblación tuvo lugar en el siglo XIV y seguramente siguió el modelo de fundación de un pequeño castillo al que los monarcas dotan de un término en función de la importancia estratégica de la zona, ya que se encuentra cerca de la frontera granadina.

La segunda referencia histórica que se tiene de Gandul es en 1369, con las mercedes concedidas por Enrique II, recién coronado rey de Castilla, a todos los que le han ayudado en la Guerra Civil contra su hermano Pedro I. Es aquí donde se refiere que Enrique II le otorga a Arnao de Solier, aparte del estado de Villalpando y la comarca zamorana de Tierra de Campos, las dos pequeñas aldeas de Gandul y Marchenilla. Estos modestos lugares eran de gran interés por parte de Arnao, ya que eran un lugar donde podía construir un nuevo estado español señorial lejos de las grandes familias que se encontraban por ejemplo cerca de Tierra de Campos.

Arnao de Solier pasa el resto de su vida en Villalpando, falleciendo en 1390. Tras su muerte, sus estados los hereda su hija María de Solier, quien se casa con Juan de Velasco. Tras la muerte de ambos, las dos aldeas son otorgadas al hijo menor, Alfonso de Velasco, quien tras recibir su herencia, se traslada a Sevilla para estar más cerca de sus dominios. 

Alfonso se convierte en un personaje influyente de la ciudad, consiguiendo en 1450 que Juan II le diese licencia para vender en Sevilla la harina de los molinos de ambas aldeas, sin tener que pagar el impuesto de la ciudad. En 1477 ordena en su testamento que se labrase de nueva planta una capilla mayor en la iglesia de Gandul y que ocupase la misma anchura de la nave del templo.

Alfonso fallece sin dejar herederos, por lo que cede su estado a su sobrino Pedro Fernández de Velasco, quien obliga a los molineros a vender su harina de nuevo dentro de la alhóndiga (local destinado a la venta, compra y depósito de cereales y otros alimentos), además de exigir que se le devuelva la jurisdicción de sus villas ya que Fernando III y Alfonso X la incluyeron en su alfoz (territorio que rodea una ciudad y depende de ella económicamente). 

Pero estas exigencias no se cumplieron y los señores de Gandul conservaron sus privilegios, pero a partir de ahora la jurisdicción señorial se veía reducida a cincuenta pasos alrededor de la villa de Gandul y del castillo de Marchenilla. Esto suponía que aunque el señor conservará su propiedad, ambas propiedades quedaban dentro del término de Alcalá y por lo tanto fuera de su señorío.

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Fig. 14. Vistas desde la plaza de la iglesia de San Juan el evangelista del despoblado Gandul. Fotografía Eduardo Ortuño.

Durante el siglo XVI los Velasco pierden el interés por estos dos territorios, y tras conseguir Carlos I la aprobación para enajenar estos lugares, comienza a buscar comprador. En 1537 se extiende una carta de compraventa de doña Mencía de Guzmán, viuda del conde de Ureña y señor de Osuna. 

En la carta se dice que Gandul contaba con 70 vecinos y que Marchenilla era solo una fortaleza habitada por el personal militar, los habitantes de las huertas y molinos de harina cercanos al castillo. Doña Mencía se vuelve a casar y en este caso con un miembro de la familia Velasco, por lo que de nuevo ambos territorios vuelven a pasar a manos de la familia Velasco.

El 5 de abril de 1593 el conde Juan Fernández de Velasco vende el señorío de Gandul a Miguel Martínez de Jáuregui, un hombre con negocios en Indias y que quería invertir su patrimonio en la obtención de un señorío. 

En estos momentos Gandul contaba con 148 vecinos (unos 600 habitantes) y estaba atravesando su mejor momento como población debido a las ventajas económicas que había obtenido por el tráfico del camino que conduce a Sevilla desde Andalucía Occidental y el gran trabajo de sus habitantes en el abastecimiento de harina, pan, frutas y aceite a la urbe y a su puerto.

Los Jáuregui construyen una gran residencia (el palacio de Gandul) y una cripta en la capilla mayor de la iglesia de San Juan Evangelista. En 1699, Carlos II concede a Miguel de Jáuregui y Guzmán, el título de Marqués de Gandul, tanto para él como para sus herederos. A principios del siglo XVII la villa supera el centenar de viviendas, alineadas en su mayoría a lo largo de la calle Real y varias calles secundarias.

A la vez que Sevilla comienza a entrar en la crisis económica, el Gandul comienza a sufrir una importante pérdida demográfica, permaneciendo a mediados de siglo solo 39 vecinos, y aunque en la segunda mitad del siglo la economía vuelve a activarse, ya Gandul no puede competir con las poblaciones cercanas, y en 1791 se registran solo 18 vecinos.

En enero de 1810, en plena Guerra de la Independencia, las tropas francesas saquearon el pósito de grano y la iglesia. En estos momentos solo quedan unas 12 familias que no pueden hacerse cargo de la gestión del ayuntamiento, además el escribano sólo iba unos días al año para poner en orden la documentación municipal. Nos encontramos ya ante un despoblado en el cual la mayoría de los habitantes que quedan son jornaleros de las tierras del marqués.

En 1837 desaparece el Antiguo Régimen y con la entrada de la nueva constitución, quedan abolidos los señoríos jurisdiccionales en España, por lo que se empiezan a construir ayuntamientos por la soberanía popular. En 1840, la Diputación Provincial de Sevilla ordena incorporar al término municipal más cercano a todos los donadíos y despoblados que no tengan un número suficiente de vecinos para crear un ayuntamiento. 

Gandul pierde por tanto la jurisdicción territorial del antiguo señor de Gandul, aunque no su condición de propietarios, y las tierras y los habitantes del señorío pasan a ser considerados de Alcalá. En el poblado vivían unas 45 personas, todos, excepto el cura, que vivía la mayor parte del año en Alcalá, eran jornaleros y trabajadores del marqués. Tras la supresión del municipio, Gandul queda como pedanía o aldea de Alcalá.

Los marqueses de Gandul, en la segunda mitad del siglo XIX, inician un proceso regenerador que hace del despoblado una explotación agraria modélica. Estos importan modernas máquinas de Inglaterra, adaptan la posada y el molino de aceite para convertirlos en una hacienda, construyen naves para criaderos de ganado, y las casas que quedan en pie en la calle Real, albergaron a los trabajadores permanentes de la finca. 

Los jornaleros que solo iban en época de recolección se alojaban en la gañanía de la hacienda, lo que antes era la posada. Además rehabilitan el palacio y en la plaza que había frente a él, hacen un jardín al estilo francés.

En 1870 se comienza a realizar una línea de ferrocarril entre Sevilla y Carmona, estableciendo una pequeña estación en Gandul, lo que facilitó la comunicación y el transporte de la producción a Sevilla. Estaría activa hasta 1961.

Es ya durante la segunda mitad del siglo XX, cuando se produjo una importante serie de cambios socioeconómicos, cuando la docena de familias que vivían en Gandul de forma permanente, lo abandonan.

Como dato a destacar, en el Siglo de Oro, varios autores como Cervantes, Lope de Vega y Calderón de la Barca citaron en sus obras el pan de Gandul, los cuales decían que era el de mejor calidad que se podía consumir en Sevilla. Además de estos tres, Washington Irving, cita en su obra Cuentos de la Alhambra, la posada, ya que pasó en ella una noche de camino entre Sevilla y Granada.

Referencias

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