Autora: Mari Carmen López Palomo.

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Descripción del lugar

Los bunkers de San Juan se encuentran en lo alto del risco de San Juan, en Gran Canaria. Por su situación geográfica, nos encontramos con un lugar de gran defensa estratégica por sus importantes vistas de la vertiente este de la capital, desde la Isleta hasta la Punta de Gando y de todo el cauce del barranco de Guiniguada hasta la cumbre de Gran Canaria.

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Fig. 1. Artillería del búnker de San Juan. Fotografía de archivo.

La construcción de las baterías de San Juan se inició en 1898. Según la ficha del Catálogo de Patrimonio Arquitectónico de Las Palmas de Gran Canaria:

“Se trata de una extensa instalación en buena parte derruida compuesta por edificaciones con patio y galerías subterráneas, así como por una serie de rampas y plataformas con cuatro casamatas extremas semi cilíndricas. Los cuerpos construidos se disponen en una cierta simetría. Los huecos, de dintel recto o curvo, están recercados en cantería, material que vemos sobre pretiles de cierre de los elementos de la construcción”

La zona principal se trata de una construcción compacta formada por diferentes cuerpos, en diferentes niveles, y articulados entre sí por pasos y rampas para poder acceder a la zona artillada. Esta construcción se encuentra precedida por una zona empedrada que da acceso a un módulo rectangular de posición más occidental, que cuenta con una planta rectangular y en su fachada se alternan ventanas y puertas que daban acceso a las diferentes estancias en las que se encontraba compartimentada.

Al parecer, aquí se localizaba un almacén, el cuerpo de guardia, la enfermería, el dormitorio de la tropa y el de los oficiales, una cocina y el comedor. A ambos lados de este edificio, nos encontramos dos rampas que dan acceso a un adarve de servicio, a través del cual se llega al cuerpo principal del edificio. Pero toda esta zona se articula en torno a un módulo principal que se encuentra excavada en la ladera y al que se accede a través de un gran patio por una puerta que da acceso a diferentes estancias, siendo la principal destinada a almacenaje de pólvora, y las demás a talleres.

Al Sur de este módulo se encuentra otro de planta rectangular, también compuesto por pequeñas estancias, que daban a una zona común cubierta por la rampa que lleva al nivel superior y que fueron empleadas para el almacenaje y la gestión de repuestos.

Al Norte tenemos otro módulo rectangular, también compuesto por varias estancias y precedidas por un patio rectangular y que también fueron utilizadas para el acogimiento de repuestos.

La zona que ocupa la cota más elevada se destina a la instalación del armamento, a la cual se accedía por rampas. En la explanada superior se pueden contemplar los cuatro pozos de artillería.

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Fig. 2. Batería de costa del búnker de San Juan. Fotografía de archivo.

En estas baterías, se encontraban cuatro obuses de 210mm Ordoñez, modelo 1891 (Figura 2). En 1900, se determina que debido al lugar donde se encuentra y su construcción, no era una batería de fácil manejo en la puntería, lo cual produce que en el año 1941 se quede en situación de “aparcada”. Debido a esto, se crea la Batería de las Mesas de San Juan, las cuales se encuentran a unos 250 metros. A finales de los años 50 la Batería fue desartillada pero las instalaciones y los locales se siguen utilizando como almacenes.

Como hemos comentado, se crea la Batería de las Mesas de San Juan durante la II Guerra Mundial. Este lugar tenía tres cañones de 150mm Krupp (puestos de observación y tiro), y almacenes de municiones. Se encontraba formado por varios espacios separados y con una configuración destinada a su protección ante posibles ataques aéreos.

En la zona más alta hay tres pozos artilleros separados entre sí, y cada uno está rodeado de una zona explanada, teniendo cada uno un acceso subterráneo excavado en la roca y reforzado con hormigón. Estos accesos subterráneos tienen una galería que desembocan en un refugio rectangular que comunica con dos estancias destinadas al almacenamiento de municiones. En el extremo opuesto al de la galería, el refugio da a una rampa que lleva a la explanada donde se instalaría el armamento. Junto a la explanada más meridional, se encontraría una ametralladora antiaérea.

Los tres puestos de artillería estaban flanqueados por dos búnkeres que tienen dos accesos independientes cada uno de ellos, y con salida al flanco oriental del lomo por una estructura de casamata con dos alturas. Estos son puestos de observación y tiro. En el búnker que se encuentra más al norte, es una de las estancias, todavía se puede observar en una de sus paredes un esquema de dirección de tiro.

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Fig. 3. Esquema de dirección de tiro. Fotografía Eduardo Ortuño.

Se cree que la construcción más al Norte cumplía la función de observatorio y estación telemática, siendo la que se encuentra más al Sur un observatorio y agrupación de artillería.

En la zona más meridional, hay dos espacios subterráneos en cuyo interior hay unos estantes de obra situados en torno a un pasillo central que comunica los dos accesos con que cuenta cada una de estas dependencias, los dos polvorines de la batería donde se almacenaban los proyectiles y las cargas de proyección.

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Fig. 4. Interior de la zona de munición del búnker de San Juan. Fotografía Eduardo Ortuño.

En 1964, la Jefatura de Artillería de Canarias, propone al Capitán General su desartillado, debido a la antigüedad del material, el crecimiento urbano del barrio, la falta de cargas de proyección y su misión. En 1966 será desartillada, a pesar de lo cual se mantuvo el Puesto de Mando del Grupo Centro.

En los años 70 serían totalmente abandonadas, aunque Alejandro-Miranda comenta que en los años 80 la ciudad organiza un festival cultural. Hasta el año 2010 la titularidad era del Ministerio de Defensa y después pasa al Consistorio.

Referencias

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